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Foto del escritorAlianza DEI

El taller de pipe

El Taller de Pipe es un ejemplo de confianza en una persona con síndrome de Down y su capacidad de desarrollo personal. Es un ejemplo de apuesta perseverante por lo “diferente y genuino”; es la evidencia de que detrás de la suerte, normalmente, hay mucho esfuerzo. Felipe es un joven que desde pequeño disfruta dibujando y coloreando y encuentra en ello una manera de expresar, de conectar; una manera de estar y ser.


Su familia, sensible a esta temprana pasión de Felipe, ve en ella una oportunidad para ayudarle a crecer. El tesón familiar consigue que otras personas se sumen a esta experiencia haciendo de ella una iniciativa que trasciende lo familiar para conectar con la comunidad y promover una actitud hacia la diversidad.


Esta es una buena práctica relatada de manera coral. Eliana, hermana de Felipe, describe este proceso iniciado hace tres décadas. Se suman al relato las voces de otras personas significativas que nos ayudan a comprender esta experiencia desde diversas perspectivas.



Por: Eliana Gómez Peláez


El taller de juguetes para niños con necesidades especiales


Felipe Gómez Peláez, mi hermano menor, es un joven de 30 años, el tercero de tres hijos. Sus principales sueños en este momento son conocer España y enamorarse. Apasionado por el arte desde que tenía 5 años; aún conservamos sus primeros trazos a esa edad. Sentado en el suelo, como a él le encantaba, y mirando la televisión, hizo sus primeras figuras geométricas; en su mayoría rectángulos y cuadrados con líneas no muy rectas al hacerlas a mano alzada. Nadie imaginaba que desde ese momento se estaba configurando, desde la diversidad de su cerebro, una fijación por estas figuras geométricas que se habrían de consolidar en su identidad. Felipe, además, tiene síndrome de Down.


Les contaré el camino recorrido con Pipe; acompañado por familia, amigos y profesionales, para apoyarlo en su proyecto de vida vinculado al arte a través de la creación de El Taller de Pipe, un emprendimiento que tiene como bandera el concepto de D1V3R5!D4d (diversidad), expresada a través del arte de personas neurodiversas.


El Taller de Pipe, como marca, nació en 1995 cuando Felipe tenía tan solo 3 años. Nuestra madre tuvo que investigar mucho sobre estimulación temprana para él ya que se encontró con que en Medellín (Colombia) no había oferta suficiente de juguetes y herramientas con este propósito, más allá de una marca extranjera que exportaba sus productos a altos precios para el mercado colombiano. Así que, asociándose con un familiar arquitecto e inquieto por el diseño de productos innovadores, se embarcaron en la elaboración de una serie de juguetes hechos a mano para la estimulación de recién nacidos; un taller que incluía en sus procesos de producción la mano de obra de jóvenes y adultos con diferentes discapacidades. Nuestra madre soñaba con que éste fuera, en un futuro, el espacio donde Felipe también pudiera llegar a involucrase ocupacional o laboralmente. Es así como lo describe:


Foto de Pipe y su madre

“Cuando estaba en embarazo de Felipe, tuve la oportunidad de leer un libro que se llamaba “TIM” (de Colleen McCullough), que trababa de un chico con una discapacidad intelectual y de una mujer sin discapacidad que se enamoraba de él. Esto me hizo pensar: “Si yo llegase a tener un hijo así ¿qué?” Fue algo muy particular, casi premonitorio, porque no se me había ocurrido pensar en esa situación en ninguno de mis otros dos embarazos. Cuando Felipe nació todo parecía “normal”; cuando lo tuve tan cerquita de mí, lactándolo, comencé a detallarlo y tuve la sensación, al haber estudiado genética, de que sus rasgos eran muy compatibles con los del síndrome de Down. El pediatra no se atrevía a decirme que lo estaba sospechando y necesitaba que otro médico genetista lo mirara. Cuando este otro nos visitó e hizo la correspondiente medición de estos rasgos, ya lo confirmó; inmediatamente se me vino a la memoria lo que llegué a pensar cuando leí aquel libro y me dije que tenía que ser capaz de aceptarlo y echar ‘pa delante’ porque se trata de alguien que llega a nuestras vidas y lo íbamos a apoyar. El papá tomó una posición muy bonita porque dijo ‘Nos tocó una misión y vamos a salir adelante’. En esas nos llamó un colega suyo, que tiene un hermano con síndrome de Down; entonces mi esposo le hizo saber que ‘había nacido Pipe, hermano de su hermano’ y a los 10 minutos apareció a nuestro lado y nos dijo ‘no vengo a dar ningún consejo, vengo a desahogarme de lo que mi hermano ha significado para mi vida’. Fue algo muy bonito porque no habló sino cosas maravillosas; entonces fue aún más un descanso. Lo único que me preocupaba era la noticia para sus otros dos hermanos, fue la única consulta y me dijo: ‘los del problema somos los adultos, los niños no tienen ningún problema, ellos van a entender común y corriente’, y así lo hicimos. Cuando ellos fueron a visitar a Felipe les contamos que ‘nació un bebé al que vamos a ayudar y querer mucho, porque se va a tomar más tiempo que cualquier otro niño’. Con los días ellos nos preguntaban ‘qué es lo que tiene de distinto, porque nosotros lo vemos igual. Sí, se ha demorado un poco más en caminar o en hablar, pero por lo demás lo vemos igual’. Y de verdad, no había ninguna prevención, fue una aceptación muy bonita. Así que fue una experiencia rápida de aceptar la realidad y una fortaleza que surgió, así, en el mismo día. Solo tuve angustia cuando visité al genetista, como al mes, que me habló de todas las enfermedades y riesgos que podía tener. Entonces eso si me estresó, me angustió, pero el resto fue como un reto y de decir ‘¡vamos a darle todo lo que tenemos para dar y hacer lo mejor!’.


Ver cómo se ha ido dando todo, paso a paso, los logros, ha sido muy bonito, porque con los niños sin discapacidad la vida se va encargando de eso. En cambio, con Felipe tenía que participar mucho más en el apoyo por lo que el aprendizaje se siente mucho más, los tiempos, los logros… Entonces cada cosita era una alegría, llegan sensaciones muy particulares: su ternura, su transparencia, como un ser exento de maldad. Y verlo crecer ha sido muy chévere, verlo con sus habilidades y actividades artísticas ha sido muy bacano. Me siento muy orgullosa y tranquila a la vez; también por la relación que sus hermanos tienen con él. Es muy grato descubrir todo el amor que se ha generado entre ellos y su capacidad de expresarlo”.


Martha Cecilia Peláez Rengifo, madre de Felipe.


Pero, aunque el proyecto era loable, innovador e inclusivo y alcanzó importantes vínculos con entidades que encontraron en estos juguetes herramientas claves para su labor con madres y padres que buscaban espacios de desarrollo temprano para sus hijos e hijas, lamentablemente el proyecto llegó a su fin por diversas razones y en casa quedaron hermosos recuerdos de los juguetes, empaques, y volantes de una marca que volvería a resurgir para quedarse.


Su primera “galería de arte” casera
Foto de pipe y juguete

El tiempo pasó y Pipe comenzó su formación inclusiva y especializada. Como muchos otros jóvenes con discapacidad intelectual, tuvo que pasar por diferentes colegios, centros de rehabilitación y educación, fonoaudiólogos y clases deportivas extras. Pero lo cierto es que nunca tuvo una formación específica en artes plásticas más allá de las clases que en los colegios le pudieran ofrecer. Pero Pipe siguió haciendo sus trazos geométricos y poco a poco comenzó a llenarlos de color, estableciendo un juego intuitivo entre ellos, que más adelante un reconocido artista diría que parecía que tuviera claras nociones de la teoría del color. Todo este proceso se fue dando de manera muy libre y espontánea, y Pipe fue quien tomó la iniciativa de pasar horas y horas con sus hojas y colores, explorando con ellos, construyendo su identidad, expresando en arte lo que posiblemente con palabras elaboradas no comunicaba.


Para el año 2010 la casa familiar se estaba llenando de una recopilación de sus obras. Su primera “galería” fue la pared de mi cuarto, la cual cubrí con hojas llenas de geometría colorida, o “policromías geométricas” como lo ha nombrado nuestro padre. Él comenzó a realizar ampliaciones, enmarcar los dibujos de Felipe a gran escala y explorar con sublimaciones en diferentes materiales e intervenciones digitales. Estas creaciones fueron reemplazando las obras de diversos artistas que habitaban las paredes de nuestra casa.



Su primera “galería de arte” casera

“En mi concepto, Pipe es un artesano en potencia, dando sus pasos iniciales en el arte a través de un concepto de pintura con lápices de cera y cuadernos de papel, de los cuales tiene alrededor de 4 volúmenes y una producción en mayor escala que conserva, como los papiros, en rollos diversos. Felipe, después de unos 5 años de incursionar con otras artes plásticas como el vinilo, con sus dedos y pincel, plastilina, acuarela, encontró finalmente en estos materiales lo que le lograba retener su atención con un fin determinado que era terminar una obra en la cual llama mucho la atención el contraste del color, la creación de la luz, la presencia siempre constante de pasadizos por los cuales se puede penetrar en la profundidad de su obra o en la superficialidad de la misma. Muchas personas conocen los trabajos de Felipe y todos coincidimos en maravillarnos; textualmente todos decimos que hay algo que hala, que llama la atención, que te obliga a permanecer mirando como si se abriera un mundo nuevo, diverso, para quien mira su obra”.

Jorge Mario Gómez Jiménez, padre de Felipe.


Mientras todo esto sucedía a nivel familiar, mi formación profesional como Administradora de Empresas se estaba viendo positivamente impactada por el gran vínculo que tenía con Felipe. Comencé a formar parte de un Semillero de investigación en comportamiento humano organizacional (COMPHOR) de la Universidad de Antioquía. Para una de las sesiones debía llevar un ejercicio de observación documental que realicé en el centro educativo en el que Felipe estaba en ese momento. Elaboré un registro fotográfico de sus rutinas, de los espacios de clase y recreativos, y de su interacción con compañeros y profesorado. Al compartirlo con mis compañeros y docentes, surgió en ellos el interés por conocer más sobre las personas con discapacidad intelectual. Y se formuló una pregunta clave: ¿cómo conectamos este interés hacia las personas con discapacidad con nuestra tarea como administradores de empresas?



Imagen Pipe y Eliana

Portada del Libro

Un poco de tiempo y una serie coincidencias entre personas que nos movía la discapacidad nos llevó a crear un proyecto de investigación formal, de aproximadamente cinco años, cuyos resultados quedaron plasmados en el libro Modelo desde la Gestión Humana para la Inclusión Laboral Sostenible de Personas con Discapacidad (https://diversolab.org/id/) y cuya portada está ilustrada por uno de los dibujos de Felipe.











Más adelante, creamos un perfil de Instagram a través del cual comenzamos a compartir las obras de Felipe y un poco del día a día de su vida, así como referencias sobre otras iniciativas e ideas alusivas a la discapacidad e inclusión social, en un lenguaje cercano y sencillo. De esta manera, más amigos comenzaron a enterarse del potencial de Felipe y a interesarse por sus creaciones.



Corporación Crear Unidos


En el 2019, Felipe y yo nos vinculamos con la Corporación Crear Unidos, una entidad que promueve la formación, recreación e inclusión social y laboral de jóvenes y adultos con discapacidad intelectual (https://crearunidos.org/). Felipe participaba en los múltiples programas y servicios de esta entidad. Por mi parte, tuve la oportunidad de impulsar la creación de un centro laboral para personas con discapacidad intelectual. Se trata de una tienda de café y restauración que se volvería más adelante en la primera locación para exhibir y compartir con un público mucho más amplio las obras de Felipe. El lema es evidente “te invitamos a tomar un café con sabor a inclusión” (https://crearunidos.org/nuestrp-cafe/). El objetivo principal del Café Crear Unidos es potenciar y apoyar los proyectos de vida, el bienestar físico-emocional y la futura estabilidad económica de un grupo de jóvenes con discapacidad intelectual, facilitando su inclusión social en un espacio comunitario que propicie la interacción entre personas con y sin discapacidad, así como su inclusión laboral, bien sea directamente en el Café o en empresas del mercado abierto.


Cuando este proyecto apenas estaba en construcción nos tomó a todos por sorpresa la pandemia por COVID-19, y como a muchas personas, ésta nos dio el espacio y el tiempo para reflexionar sobre la manera en la que estábamos haciendo las cosas, lo que sucedía por nuestras vidas, y a lo que le estábamos dando importancia. Nos planteamos algunas preguntas: ¿qué podemos hacer con la gran cantidad de obras de Felipe guardadas en los armarios de nuestra casa?, ¿sería posible que este arte llegara a más personas en formatos diferentes?, ¿quizás a través de productos de uso más cercano?, ¿sería posible que Felipe pudiera llegar a tener su propio emprendimiento basado en su capacidad de crear color a través de su particular estilo?


Estas preguntas nos animaron a presentar El Taller de Pipe a una convocatoria de ideas de negocio de la Alcaldía de Medellín y, al mismo tiempo, incursionamos en crear una marca, un logo, y una identidad inspirada en el concepto de la diversidad. Así comenzamos el diseño de los primeros productos a comercializar en el Café Crear Unidos, los cuales tuvieron muy buena acogida. Estos artículos de uso cotidiano como tazas están decorados con el arte de Pipe y se acompañan de un mensaje motivador alusivo a la diversidad.



Imagen Mug 1 2 3

Diana y Pipe

En 2021 una nueva socia entra a formar parte de esta iniciativa sumando su energía y experiencia. Diana Muñoz aporta su vivencia.


Mi nombre es Diana y soy administradora de empresas de profesión. Cuando se desarrollaba la investigación sobre el modelo de inclusión laboral sostenible de personas con discapacidad yo era estudiante y cursaba la mitad de mi carrera para ese momento. Allí conocí a Eliana y Angélica, la docente que coordinaba la investigación y uno de mis cursos. Aunque mi interés no estaba centrado hacia esta área en específico, sí lo fue hacia los colectivos vulnerables y en riesgo de exclusión social, y me encontraba ya como voluntaria de dos organizaciones sociales. Más adelante me inicié como docente en el programa UIncluye de la Universidad de Antioquia (formación a jóvenes con DID en el contexto universitario). Allí me reencuentro con Eliana como colegas docentes del programa y más adelante empiezo a formar parte de El taller de Pipe como socia. Este camino ha sido una experiencia sensorial de descubrir y conectar; y también a nivel personal de aclarar en las preguntas: ¿hacia dónde dar el siguiente paso?


Desde muy pequeña estuve en talleres de arte con diferentes técnicas artísticas que más adelante apliqué en una experiencia de emprendimiento basada en detalles elaborados a mano. Entrar al Taller de Pipe fue conectarme de nuevo con esas pasiones genuinas de la niñez que había dejado relegadas. Comencé a estudiar con más detalle los patrones en las obras de Pipe, encontrando una fascinación por las combinaciones y formas que Pipe exploró para expresar su visión del mundo. En nuestras conversaciones soñamos un taller abierto a la neurodiversidad inspirado en Pipe, que conectara y sensibilizara a las personas hacia el gran potencial de la diversidad. Así, realizamos gestiones para lograr consolidar el taller, participando de un segundo programa de emprendimiento que nos permitió adquirir nuevos materiales que esperamos nos permitan desarrollar nuevas obras y productos, y visibilizar las obras de más personas con neurodiversidad.


La gente cree que existimos profesionales que apoyamos a las personas con discapacidad. Pero en mi experiencia personal y profesional siento que ha sido muy al contrario. En mi camino lleno de preguntas sobre el sentido y la dirección en la que voy a desarrollar los proyectos de vida, las personas con discapacidad han sido una señal clara para tomar las decisiones de una manera sencilla. Así que conectar esta visión con el arte ha sido una respuesta a algunas de estas preguntas donde, más allá de apoyar a Pipe, él me ha ayudado a encontrarme de nuevo con una pasión que comparto con él. Mi interés es explorar con él en sus técnicas artísticas, retomar mis prácticas artísticas de su mano, y hacer del arte un instrumento de expresión de la diversidad.


DiversoLAB


Más recientemente nos aventuramos a crear DiversoLAB https://diversolab.org, una consultoría y acompañamiento para la inclusión basado en la gestión de la diversidad. Las líneas estratégicas son las siguientes:


Formación y sensibilización. Nueva perspectiva que despierte la empatía en los equipos por medio de la información e interacción, dando paso a nuevas posibilidades que consideren la inclusión como un proceso que potencia las capacidades y el valor de las organizaciones.


Inclusión laboral y educativa. Buscamos como resultado final una inclusión sostenible de la población diversa en los ámbitos laboral y educativo superior.


Emprendimiento y creatividad. Acompañamos emprendedores en su proceso de autonomía económica por medio de procesos creativos ajustados a sus necesidades e intereses.


I + D. Exploramos por medio de nuestro laboratorio nuevas formas de hacer las cosas por medio de investigaciones rigurosas y aplicadas, actualizando siempre nuestros conocimientos y la calidad de la información que entregamos a nuestros aliados.

Junto con otras iniciativas de personas con discapacidad intelectual, el Taller de Pipe forma parte de DiversoLAB (https://diversolab.org/el-taller-de-pipe). Una de las experiencias más reseñables ha sido la solicitud por parte de una multinacional de productos alimenticios (Comercial Nutresa) para el diseño artístico y gráfico de sus bolsas ecoamigables para el regalo navideño a entregar a 3700 de sus empleados y aliados claves.


Testimonio de Felipe

Finalizamos con el testimonio que Felipe nos comparte de esta manera tan particular y gráfica. A veces, ciertamente, sobran las palabras.



A veces, ciertamente, sobran las palabras

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